Hace poco más de una semana me enteré de un extraño suceso, todo gracias a Ismael Viera, quién más que un compañero de trabajo, ha sido una persona con quien he tenido la oportunidad de compartir una gran amistad; al igual que yo, Ismael es apasionado pero respetuoso de los extraños fenómenos que nos rodean. El sábado 18 de junio, Ismael pautó una entrevista con dos hermanas oriundas de San Gregorio de Polanco, Caren y Gimena Enrique. Ellas me pusieron en conocimiento de los detalles concernientes a las fotografías que aparecen más arriba. Las llamativas figuras, formas o cómo deseen llamarlas, que aparecen en las tomas realizadas por Caren y Gimena, no se quedaron allí y pasaron a formar parte de un rumor que recorrió la comunidad, llegando incluso el canal cable de la localidad, a realizar tomas en video, aunque no se lograron los mismos resultados. Paso a resumirles con el mayor detalle posible lo que las hermanas Enrique me contaron personalmente.
Solo algunas semanas atrás, las hermanas, Caren y Gimena Enrique, junto a su prima, toman fotos de los niños que habían asistido a un cumpleaños en la cabaña que comparten con su madre, solo a cuatro cuadras de la plaza principal, en San Gregorio de Polanco. Se hizo la noche y mientras las hermanas Enrique ordenan y se encargan de los niños que aún están en la casa, su prima toma fotografías de los niños que están jugando en el frente. Cinco minutos más tarde son ellas, que con su cámara, inmortalizan los mismos momentos. Al otro día, por la tarde, las hermanas reciben el llamado de su prima, quien las apremia a mirar las fotos de la noche anterior, asegurándoles que en las tomas de su cámara podía apreciar formas extrañas. Se mostraba preocupada por la posibilidad de que sus fotos estuvieran arruinadas por un
defecto del propio aparato. Las hermanas se fijan inmediatamente en las fotografías almacenadas en su cámara, una Kodak C122. Les llevó unos segundos darse cuenta, que mirando las fotos un poco más detenidamente, se podían apreciar una serie de círculos de todos los tamaños y de diverso brillo, siendo tenues a veces y más fuertes otras. Estos “círculos” estaban en todas las fotos que habían tomado.
Pero Caren y Gimena no se conformaron con las fotos de esa noche, querían comprobar si el extraño fenómeno volvía a repetirse. Al otro día y durante varios días más, siempre a la misma hora, 18:30, salían afuera y con su cámara Kodak tomaban varias fotos, solo para comprobar que los extraños círculos estaban allí nuevamente.
Entusiasmados y sorprendidos por el testimonio, en el viaje de regreso, observé junto a Ismael, una a una las fotos más detenidamente. Encontramos cosas que nos dejaron perplejos, con más preguntas que respuestas.
Más allá de nuestra opinión personal es importante tener en cuenta, una opinión técnica, que si bien por motivos de tiempo no puede ser más precisa, al menos pude rescatar datos que podrían llegar a explicar el fenómeno. Las cámaras digitales funcionan con potentes sensores. Sin embargo solamente las cámaras profesionales y muy costosas traen incorporados lo que llaman Reductor de Polvo. La cámara de hecho podría captar partículas que a simple vista no se aprecian.
El “ruido” y los “granos” en la fotografía analógica y digital, son otros defectos al parecer endémicos. El “ruido” es una variación del brillo o el color, manifestada a través de una infinidad de puntitos que a modo de lluvia arruinan una imagen perfecta. Se llama “granos” a la textura que en menor o mayor medida aparecen en los materiales fotográficos. Los granos son característicos de la fotografía análoga, es decir, de nuestras antiguas cámaras de foto, en las que luego de tomar las fotografías debíamos revelarlas a través de un proceso químico y así obtener el resultado final. No sucede lo mismo con las cámaras digitales donde no existe el mismo proceso y el grano es visto como algo antiestético. La aparición del grano está íntimamente ligada a la sensibilidad ISO de la película. Por motivos químicos, cuanto más sensible sea la emulsión (valoración ISO más alta), más grano aparecerá en el revelado final. Aunque todos los componentes de la cámara y el objetivo actúan exactamente del mismo modo, la parte más importante, la película fotosensible, queda reemplazada por un sensor electrónico que registra la fotografía. Al igual que en la emulsión fotosensible, el sensor electrónico (llamado técnicamente CCD o CMOS), consta de millones de pequeñas partículas fotosensibles, que serían teóricamente las equivalentes a las partículas de haluros de plata en la emulsión química. Estas partículas electrónicas fotosensibles cambian también su estado en dependencia de la luz que reciben, y todo ello, después de pasar por complejos procesos electrónicos que lleva a cabo la misma cámara, conforma la fotografía final.
En definitiva como pude saber, los detalles técnicos son importantes y de cierta forma muy complejos. No cabe duda de que las fotografías tomadas por Caren y Gimena Enrique, son a simple vista llamativas, por el extraño fenómeno que en ellas aparece. Les quiero agradecer por su brillante aporte al blog y rescatar además de su colaboración, su desinterés por lo que puedan generar las imágenes, quedando en evidencia su sincero aporte.
Espero que todos se sumen con aportes y comentarios. Tal vez aquellos que tengan mayores conocimientos en el tratamiento de imágenes puedan obtener mejores resultados. Teniendo la esperanza de que en los próximos días estemos estudiando mejor el tema desde San Gregorio, les saludo y no dejen de ver más allá. ¿Qué más nos reserva este Tacuaoculto?
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